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Country Manager para la operación de seguro de XL Catlin en Iberia

¿Es hora de reevaluar la estructura de las cautivas?

Bajo Solvency II, las cautivas europeas deben tener en cuenta el riesgo de crédito, la diversificación, la correlación, el riesgo operacional y el riesgo de inversión. A medida que los propietarios de cautivas comienzan a lidiar con estos requisitos, están descubriendo que los pros y los contras de las estructuras "net line" frente a "gross line" han evolucionado.

Matthew Latham, Director de Programas de Cautivas de XL Catlin, describe las dos tendencias de la siguiente manera:

“Con una estructura ‘net line’, la aseguradora reasegura para la cautiva únicamente el riesgo que ésta quiera retener. La aseguradora se queda el resto del riesgo o lo reasegura/coasegura directamente.”

“Con una estructura ‘gross line’, la aseguradora reasegura todos los límites de la póliza para la cautiva, y la cautiva decide cuánto riesgo quiere retener (suele ser un seguro primario) y reasegura el resto para un panel de reaseguradores, típicamente liderado por la aseguradora de origen.”

Creemos que aunque ambas estrategias tienen ventajas y desventajas, Solvency II ha inclinado la balanza hacia los programas ‘net line’, porque son más sencillos de administrar, además de más baratos y con más rentabilidad de capital.

Bajo Solvency II, la aseguradora fronting está sujeta a una carga de capital por el riesgo de crédito asociado a los recobros de reaseguro. Para un programa ‘gross line’ con reaseguro íntegro, significa que aumentan el riesgo de crédito, cuyos costes son pasados a través de la cautiva como tasas más altas de fronting. Aunque el riesgo de crédito puede mitigarse con una garantía, hoy en día la mayoría de las empresas intentan guardar la garantía para otros propósitos más productivos. 

Además, como la prima tiene que pasar por menos entidades, los programas ‘net line’ requieren menos gestión administrativa. Lo cual también debería traducirse por unas tasas de fronting más bajas.

Es cierto que los programas ‘gross line’ les permiten a los propietarios de cautivas acceder a comisiones de reaseguro por colocación de reaseguro. Sin embargo, según Matthew Latham, “si el programa es analizado de principio a fin, la rentabilidad global de la transacción debería ser la misma que con una estructura ‘net line’, ya que las aseguradoras y reaseguradoras deberían estar preparadas para aceptar la prima menos la cesión por la comisión que la cautiva habría facturado, o incluso mantener esa comisión inalterada como un fee para la cautiva.”

En resumen, aunque un programa ‘gross line’ tenga una prima bruta mayor, una cautiva con una prima menos importante puede ayudar a la matriz a alcanzar sus objetivos estratégicos con más beneficios, mayor rentabilidad de capital y con menos procesos administrativos.

El aumento de la diversificación: una alternativa a considerer 

Bajo Solvency II, muchos propietarios de cautivas también tienen que aumentar el capital que posee la cautiva. Una solución atractiva a esta situación es incorporar a la cautiva nuevas líneas de negocio no relacionadas con esta. Al diversificar la cartera, los propietarios de cautivas pueden adaptarse a los requisitos de Solvency II a la vez que reducen la volatilidad y mejoran la eficiencia de capital.

Para ser más específicos, algunas de las nuevas líneas de negocios sirven para cubrir los riesgos emergentes cuando los mercados de seguros tradicionales no los cubren o cuando sus costes son prohibitivos. Pongamos el ejemplo de las pérdidas por la interrupción de negocios contingente, provocadas por una interrupción de la cadena de suministro o por el retraso de un proyecto. De hecho, un estudio global reciente mostró que el número de cautivas que cubren riesgos de cadena de suministro aumentó más de un 133% en 2015.

Aunque utilizar una cautiva para cubrir los riesgos emergentes puede presentar una serie de beneficios, hay que tener en cuenta varias cuestiones. Es fundamental, por ejemplo, entender con claridad la naturaleza del riesgo, y también que existan datos sólidos o conocimiento disponible para estimar los siniestros esperados y así poder establecer niveles de retención y de primas apropiados. Además, se requerirá un manuscrito de la póliza, y el propietario de la cautiva tendrá que determinar cuánto riesgo agregado puede absorber la base de capital de la cautiva. 

Publicado en la revista Riesgo y Empresa.

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