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Consulting Manager de Riesgo Marítimo Global

Dada la situación geopolítica actual, es posible que en algunas partes de la Unión Europea se produzcan cortes de energía de varias semanas de duración, si no más. Aunque sólo se trata de especulaciones, y el alcance y la duración de tales interrupciones son imposibles de predecir, la probabilidad de que se corte o reduzca el suministro de energía no es baja. Por tanto, cualquier persona de la UE que posea o sea responsable de una colección de arte -incluidos museos, coleccionistas privados y corporativos, galerías, casas de subastas o artistas en activo- debería considerar las consecuencias de quedarse sin energía durante un periodo prolongado y evaluar sus opciones para limitar las repercusiones.

Este artículo esboza algunas medidas sencillas que pueden adoptarse para reducir el consumo de energía sin perjudicar los niveles de protección ni la comodidad de clientes, visitantes o empleados. Estas directrices no pretenden abarcar todas las posibilidades y contingencias, sino ayudar a estimular debates, análisis y el perfeccionamiento de planes de contingencia diseñados para minimizar los impactos.

Aunque estas directrices se elaboraron en respuesta a la situación geopolítica actual, también se aplican y se basan en otros casos en los que el suministro de energía está o ha estado restringido durante un periodo prolongado, por ejemplo, tras una fuerte tormenta o periodos de disturbios civiles. Como tal, esperamos que este artículo ayude a las empresas, museos y coleccionistas privados a comprender mejor y prepararse para los retos asociados a los cortes prolongados de energía. Aunque no es posible prever todos los escenarios probables, no hay duda de que una buena planificación mejora la capacidad de una organización para responder a acontecimientos inesperados y recuperarse de ellos. Los Consultores de Riesgos de ¾ÅÉ«ÊÓÆµtambién están preparados para ayudar a los clientes en estos esfuerzos.

Control de la temperatura y de la humedad

Muchos objetos de arte, como pinturas al óleo originales, bocetos en papel, libros antiguos y colecciones de vino, contienen materiales frágiles que requieren que la temperatura y la humedad relativa se mantengan dentro de un rango concreto. Por tanto, cualquier cambio en los sistemas de calefacción y refrigeración que se haga para ahorrar energía debe garantizar que los ajustes se mantienen dentro de los límites necesarios para proteger los objetos.

Mejora de la eficiencia de la calefacción

A menudo hay muchas opciones para mejorar la eficiencia de la calefacción. Aunque algunas requieren gastos de capital, por ejemplo, mejorar el aislamiento o instalar ventanas más eficientes energéticamente, muchos cambios sencillos sin coste o de muy bajo coste en los procedimientos operativos reducirán el consumo de energía y mejorarán la eficiencia de la calefacción sustancialmente.

Lo primero de la lista es simplemente reducir la temperatura ambiente a 19°C/66°F, sobre todo en edificios de oficinas y residencias privadas. También se puede apagar la calefacción en algunas partes del edificio fuera de las horas de funcionamiento y cuando la temperatura exterior sea todavía superior a 10°C/50°F.

Otro pequeño cambio que puede reportar beneficios significativos es evitar dejar abiertas puertas, ventanas, claraboyas, etc. durante periodos prolongados. Del mismo modo, considerar la posibilidad de instalar puertas de cierre rápido en los muelles de carga y dar indicaciones a los trabajadores para que las mantengan cerradas siempre que sea posible, por ejemplo, durante las pausas para comer.

En edificios con zonas sometidas a calor o frío excesivos, por ejemplo, espacios mal aislados durante los meses de invierno, considerar la posibilidad de reubicar temporalmente los materiales en aquellas partes del edificio que tengan un mejor aislamiento o un control más eficaz de la temperatura.

Por último, comprobar el rendimiento/eficiencia de los sistemas calefacción, ventilación y aire acondicionado comparando cada habitación con los ajustes requeridos y su respectivo consumo de energía.

Limitar la temperatura del agua caliente

Limitar la temperatura del agua a 60°C/140°F puede reducir el consumo de energía eléctrica de la caldera hasta un 50%.

Limitar el consumo eléctrico

También en este caso, unos sencillos pasos pueden suponer un valioso ahorro. Empezar por revisar y hacer una lista de cuánta electricidad consume cada instalación y máquina. Basándote en esa revisión, plantéate sustituir o actualizar los equipos más antiguos y menos eficientes.

Después, de forma similar a los consejos anteriores sobre la eficiencia de la calefacción, busca opciones para reducir el consumo de electricidad apagando los aparatos no críticos cuando no se necesiten y limitando el uso de escaleras mecánicas y ascensores.

Del mismo modo, apaga la iluminación cuando no se utilicen los espacios o las condiciones de luz natural sean suficientes. Y utiliza sólo la iluminación exterior necesaria para cumplir los criterios esenciales de seguridad.

Por último, sustituir las bombillas y focos antiguos por LED es una forma muy rentable de reducir el consumo de energía al tiempo que se protege el medio ambiente.

Pérdida de calor

Cuando un edificio pierde calor durante un periodo prolongado, el sistema de aspersores acabará congelándose, provocando la rotura de las tuberías. Esto puede causar daños importantes y conllevar reparaciones muy costosas.

Las medidas que pueden tomarse para evitarlo incluyen sellar los puntos de incursión de aire frío e instalar termómetros baratos que funcionen con pilas para controlar a distancia las zonas más frías que la temperatura interior general de la instalación.

Además, aunque los sistemas de aspersores de tubería húmeda pueden dejarse en servicio hasta que la temperatura descienda por debajo de 4,4°C/40°F, deben tomarse medidas para garantizar que el calor no descienda por debajo de este nivel, por ejemplo, instalando calefactores portátiles y un generador portátil.

Sistemas de alarma seguros

Los sistemas de alarma de intrusión y contra incendios son componentes esenciales de la seguridad de los edificios, y garantizar que seguirán funcionando durante una interrupción es necesario por dos razones. En primer lugar, algunos componentes del sistema podrían quedar fuera de servicio durante una interrupción, lo que inutilizaría todo el sistema. En segundo lugar, podría haber pocas personas in situ, si es que hay alguna, en caso de restricciones prolongadas o incluso breves. Eso lo convierte en un objetivo tentador para los ladrones, y cualquier incendio que se produzca podría no detectarse con prontitud, lo que provocaría pérdidas aún mayores.

Aunque los sistemas de alarma de intrusión e incendio casi siempre vienen con baterías de reserva, éstas no están pensadas para interrupciones prolongadas. (Si los sistemas no tienen baterías de reserva, deben sustituirse por otros que sí las tengan). Las copias de seguridad suelen tener una duración de 12 a 72 horas, según el sistema y las normas reguladoras, pero rara vez más. Sin embargo, la duración puede ampliarse sustituyendo las baterías viejas por otras nuevas y teniendo a mano un suministro de baterías nuevas.

Además, ponte en contacto con la empresa de seguridad del edificio para saber si se necesitarán guardias adicionales durante un periodo de interrupción prolongado. Considera también la posibilidad de reducir los turnos diurnos para disponer de recursos suficientes fuera de las horas de funcionamiento. Otra opción es organizar patrullas externas con establecimientos similares del barrio que necesiten protección.

Por último, si no se puede conectar la alarma y retirar los objetos valiosos, los clientes deben ponerse en contacto inmediatamente con ¾ÅÉ«ÊÓÆµpara identificar las medidas adecuadas. Éstas podrían incluir el envío de un guardia armado al interior del local hasta que la alarma vuelva a funcionar y la realización de patrullas regulares en el exterior. Y si el sistema lo permite, realizar patrullas de vídeo periódicas a través de la central de seguridad.

Seguridad del edificio

Además de las recomendaciones anteriores, algunas de las mejores prácticas básicas para locales no residenciales son:

  • Disponer de suficientes linternas/antorchas y baterías de repuesto para ofrecer luz suficiente para cerrar y circular por los locales.
  • Determinar qué acciones pueden realizarse manualmente, por ejemplo, abrir/cerrar escaparates. O anular barreras eléctricas o sistemas de seguridad física.
  • Crear un inventario de todas las cerraduras electromagnéticas que no pueden funcionar sin alimentación/energía.

Realizar una prueba en tiempo real de tus instalaciones

Por último, te sugerimos que pruebes los distintos sistemas en condiciones habituales cerrando los locales, interrumpiendo el suministro eléctrico de la instalación y activando después el sistema de alarma según el procedimiento habitual. Esto debería identificar las desviaciones de las condiciones normales, así como cualquier procedimiento o sistema que deba cambiarse o modificarse para garantizar que las obras de arte, los empleados y los visitantes están adecuadamente protegidos.


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